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miércoles, 28 de marzo de 2012

CONOCIENDO PERSONALMENTE AL ESPÍRITU SANTO.


Algunos dudan de la realidad de la persona del Espíritu Santo. Se pierden la bendición de la comunión del Espíritu creyendo que éste solo es una fuerza impersonal. Por qué creemos en la personalidad del Espíritu Santo:

1o. PORQUE LA MISMA BIBLIA LE ADJUDICA ATRIBUTOS PERSONALES. 



A LA PERSONALIDAD SE LE ATRIBUYEN TRES ATRIBUTOS BÁSICOS: INTELECTO, AFECTOS Y VOLUNTAD. Cualquiera cosa que tenga la capacidad para PENSAR, SENTIR, y TOMAR DECISIONES CONSCIENTES, eso es una persona. ¿Por qué Dios es una persona aunque es espíritu? Porque piensa, tiene afectos y tiene voluntad propia. Los ángeles del cielo, aunque son seres espirituales (Hebreos 1:7) tienen personalidad propia, pues tienen una mente para pensar, afectos para sentir y voluntad para obedecer. La carencia de miembros físicos no menoscaba la personalidad, ya que esta es una cualidad del espíritu y no del cuerpo físico. Los animales tienen cuerpos físicos pero no son personas: ellos actúan por instintos. En relación al Espíritu Santo, la Biblia nos revela lo siguiente:


      a. El Espíritu Santo posee INTELECTO. El intelecto es un sistema dentro de la gran estructura de la personalidad que integra actividades tales como PENSAR, RAZONAR, MEMORIZAR, DISCERNIR, CONOCIMIENTO, SABIDURÍA, etc. Véase Romanos 8:27; 1 Corintios 2:1. Y en Isaías 40:13 nos dice: "¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole, a quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia y le mostró la prudencia?”

        b. Posee AFECTOS, o sea capacidad para sentir emociones, motivarse. Al Espíritu Santo se le puede contristar (Efesios 4:30). El Espíritu Santo se enoja (Isaías 63:10), ama, (Romanos 15:30), tiene comunión con el creyente (2 Corintios 13:14).

         c. Posee VOLUNTAD propia, o sea tiene la capacidad de decidir (1 Corintios 12:11; Génesis 6:3; Ezequiel 1:12: 8:3; Hebreos 2:4. En 1 Corintios 12:11 leemos: “Pero todas estas cosas las hace uno, y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular COMO ÉL QUIERE” (la palabra original, en el griego, da la idea de algo bien planeado e ideado de antemano para llevar a efecto). Y en Hebreos 2:4 se nos dice que estas reparticiones espirituales son hechas “según su voluntad” (la del Espíritu).

2o. PORQUE AL ESPÍRITU SANTO LE SON ATRIBUIDAS ACTIVIDADES PERSONALES.

      a. Revela (2 Pedro 1:21).
      b. Enseña (Juan 14:26).
      c. Atestigua (Gálatas 2:4; Heb. 5:15).
      d. Intercede (Romanos 8:26).
      e. Habla (Apocalipsis 2:7,11,17,29; Hechos 13:2; Marcos 1:11).
      f. Ordena (Hechos 16:6-7)
      g. Testifica (Juan 15:26; Romanos 8:16).
      h. Contiende (Génesis 6:3).

3o. AL ESPÍRITU SANTO SE LE TRATA COMO UNA PERSONA. 


      a. Se le puede entristecer (Efesios 4:30).
      b. Se le puede mentir (Hechos 5:2-3). 
      c. Se le puede blasfemar (Mateo 13:31-32). 
      d. Se le puede resistir (Hechos 7:51).

4o. REALIZA UNA ACTIVIDAD PERSONAL VARIADA. 


      a. Guía (Romanos 8:14; Juan 16;13).
      b. Enseña (Juan 14:26; 1 Corintios 2:13). 
      c. Recuerda (Juan 14:26).
      d. Prohíbe (Hechos 16:6).
      e. Convence (Juan 16:8).
      f. Consuela (Juan 14:16).

5to. JESUCRISTO LE LLAMA “EL OTRO CONSOLADOR” (Juan 14-15-16). 



La palabra “consolador” viene de la palabra griega “parakletos” (parakletos) cuyo significado es "abogado, una que auxilia a otro, o que está al lado de otro para ayudarlo, consolador, ayudador". Jesús era en esos momentos para sus discípulos su parakleto, pero al irse él, enviaría OTRO PARAKLETO, para que estuviera con ellos para siempre. El primer parakleto (la persona de Jesús) iba a dejar con ellos otro parakleto (la persona del Espíritu Santo). Era una persona dejando a otra persona diferente en su lugar, no una persona dejando una cosa en su lugar. El Espíritu Santo es ALGUIEN, NO ALGO. Si lee detenidamente los tres capítulos que se señalan arriba se dará cuenta la actividad personal intensa que desarrollaría el Espíritu Santo tomando el lugar de Jesucristo.

Como cristianos, como hijos de Dios podemos confiar de una forma personal en el Espíritu Santo. Él es nuestro consolador, ayudador en nuestras flaquezas, ánimo en el decaimiento, es el mismo Cristo en persona que hace real su presencia en la persona del Espíritu Santo dentro de la Iglesia y en la vida personal de cada hijo de Dios. El Espíritu Santo es el creador y sustentador de todas las cosas pero también es el compañero fiel del creyente. Recuerda, hermano, tú no estás huérfano, Jesús ha mandado el otro Consolador para que esté contigo para siempre. El Espíritu Santo de Dios, LA TERCERA PERSONA DE LA TRINIDAD.

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